Por Rosa Sanz

Un problema muy frecuente en las relaciones de pareja estables, que ya llevan un tiempo de convivencia, es la falta de deseo por parte de uno o de ambos miembros de la pareja. A continuación, se va a explicar en qué consiste la falta de libido, las posibles causas de esa falta de apetito y qué se puede hacer para activar el deseo sexual.

En primer lugar, vamos a definir el deseo sexual, que sería un apetito erótico que nos impulsa a buscar el placer sexual.

Es conveniente explicar que cada persona vive la sexualidad de una forma distinta, hay tantas sexualidades como personas y desarrollamos en torno a ella creencias, valores y actitudes diferentes, según la tradición cultural en la que hayamos crecido y la educación recibida, lo que también determina nuestro deseo.

Además, las personas pasamos a lo largo de la vida por distintos niveles de apetito sexual en función del momento vital y las circunstancias. En la actual situación de crisis sanitaria, por ejemplo, muchas personas están pasando por momentos muy difíciles, una depresión, ansiedad, están sin trabajo, preocupadas por su salud y/o economía, etc. Factores que, como se verá más adelante inciden negativamente en el deseo sexual.

La falta de deseo sexual no tiene porqué ser un problema, se convierte en trastorno cuando la persona vive la situación como carencia o síntoma nocivo, convirtiéndola en un conflicto que le genera angustia. Si el bajo deseo sexual no crea conflictos ni en uno mismo, ni en la pareja no hay que darle importancia.

Actualmente, el bajo deseo sexual en la pareja es uno de los motivos más frecuentes por el que una pareja acude a la consulta de un/a sexólogo/a (algunos estudios hablan de aproximadamente un 70%). 

El conflicto en las parejas suele surgir cuando hay diferentes niveles de deseo. Frecuentemente el que tiene más apetito sexual, si lleva mucho tiempo constatando que a su pareja le ha disminuido la libido le suelen surgir las dudas: ¿me habrá dejado de querer? ¿será que ya no le gusto?… No tiene por qué ser así, hay muchos motivos que pueden estar detrás de esa falta de deseo.

¿Y qué hacer cuando hay diferentes ritmos? Hay que ir al ritmo del que menos quiere y el otro miembro puede satisfacer sus necesidades con la masturbación. 

Pero ¿qué pasa si el que menos quiere no quiere nunca o casi nunca? En este caso sería conveniente acudir a un/a sexólogo/a para analizar las posibles causas de esa falta de deseo y trabajar en ellas.

¿Cuáles pueden ser las causas por las que se llega a una falta de deseo sexual?

Las causas pueden ser físicas, que son debidas a factores fisiológicos que impiden un correcto funcionamiento del cerebro, bien a nivel neuronal o bien en el ámbito químico. Por ejemplo:

  • Alteraciones hormonales, como la testosterona muy baja, la prolactina alta o la baja serotonina.
  • La utilización de ciertos medicamentos como los ansiolíticos o los antidepresivos llamados «inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina». 
  • El consumo excesivo de alcohol o ciertas drogas.
  • Enfermedades, como el cáncer.

Otras veces las causas son psicológicas, produciendo la supresión inconsciente del deseo sexual por vivencias pasadas o actuales, como la repetición de experiencias sexuales ingratas, la preocupación excesiva por complacer al compañero/a, la persecución sexual obsesiva por parte de la pareja o haber estado sometida/o a violencia sexual.

También pueden ser causas psíquicas motivadas por miedos, como miedo al embarazo, a que el sexo te domine, al fracaso, al dolor o a una disfunción sexual.

Podrían ser causas sociales, generadas por influencias culturales, como una educación represiva, la influencia de modelos sexuales sociales puritanos, relaciones sexuales aprendidas socialmente clásicas y pobres, la influencia de los roles de género, etc.

Si existe un problema de depresión o baja autoestima, el deseo sexual suele verse afectado, ya que la simple expectativa de una valoración negativa, más aún si la persona nos importa, genera ansiedad y malestar, emociones incompatibles con el deseo y respuesta sexual. Rechazamos el encuentro íntimo por miedo al fracaso, o a no gustar lo suficiente, conduce a la evitación de la situación 

Los problemas en la pareja, como los conflictos frecuentes, que en muchos casos no se resuelven y se acumulan, la mala comunicación (a menudo no se expresan las necesidades ni los gustos sexuales), la falta de confianza en el otro/a, o la carencia de cuidados de la pareja, afectan mucho al deseo sexual.

La rutina es uno de los grandes enemigos de la relación de pareja y de la sexualidad. Las relaciones sexuales monótonas y aburridas pueden minar también la libido.

Es muy frecuente que se den a la vez varias de estas causas en una misma persona o pareja.

Si nos centramos ahora en las relaciones de pareja, y en concreto en las parejas heterosexuales, cabría preguntarnos ¿desean de forma distinta los hombres y las mujeres? La respuesta es sí.

Entonces ¿qué diferencias hay en cuanto al deseo sexual entre hombres y mujeres? 

Los últimos estudios nos muestran, en cuanto al funcionamiento del deseo, que para los hombres la libido se genera más espontáneamente y antes del encuentro sexual (sea con otra/s persona/s o consigo mismo), ellos llegan a la situación con ciertos niveles de apetito sexual.

En contraposición, las mujeres, sobre todo cuando están en pareja, no suelen tener deseo antes del acto sexual, sino que este va surgiendo y aumentando a medida que se avanza, por las estimulaciones internas (pensamientos o fantasías) o externas (besos, las caricias, los abrazos…). Ante todo, la mujer debe estar receptiva y abierta para el contacto sexual, por lo que su experiencia de deseo es más frágil, ya que cualquier situación que provoque desmotivación hará que la libido no se desarrolle.

Por ello, es importante para el hombre, pero mucho más para la mujer, si queremos aumentar o desencadenar su deseo, seducir a nuestra pareja con un buen ambiente de convivencia y afecto, que fomente la intimidad y complicidad.

De hecho, otra de las diferencias entre los hombres y las mujeres es que la sexualidad en ellas suele estar muy unida a la afectividad y sentirse amada, tanto en mujeres homosexuales como heterosexuales. Sin embargo, en los hombres suele haber una mayor escisión entre lo fisiológico y lo sentimental.

Después de analizar detenidamente las múltiples causas de la falta de deseo sexual, podemos concluir que muchas de las causas afectan más a mujeres que a hombres. La mayoría de los estudios dan mayores porcentajes de falta de apetito en mujeres que en hombres. Es más, la ausencia de libido es el problema sexual más frecuente en la mujer.

Un estudio publicado por la Asociación Española para la Salud Sexual (AESS) indica que el 30 % de mujeres no tienen ningún tipo de deseo sexual. Otros estudios sitúan ese dato en el 45% tras la menopausia, por las características propias de esta etapa. 

Recientemente el psicólogo Francisco Cabello, ha desarrollado una de las mayores investigaciones sobre el deseo elaborada hasta ahora. Es una encuesta realizada a 22.000 mujeres pertenecientes a 71 países de los cinco continentes. En ella se destaca que las mujeres españolas son las que mayor deseo presentan.

Podemos destacar del estudio muchos datos muy significativos. Por ejemplo, con respecto a la religión, revela que “las mujeres que más deseo tienen son, con mucha diferencia, las que no tienen ninguna creencia religiosa, o sea, las no creyentes. Le siguen las adventistas, aunque son pocas en nuestra muestra, y después las cristianas no practicantes. Hay una gran diferencia entre las cristianas no practicantes con respecto a las practicantes, un 26 por ciento”.

Esto puede deberse a que procedemos de una cultura judeocristiana que tradicionalmente vincula los encuentros sexuales a la reproducción, a la vez que considera el deseo sexual como algo malo, nocivo o peligroso, sobre todo para las mujeres. Algunas han interiorizado esas creencias por lo que tienden a inhibir el deseo sexual. Según ese modelo religioso, a los hombres se les reconoce la sexualidad como instinto, que deben controlar y reprimir. Para las mujeres, directamente, la sexualidad ni existe.

En lo referente al nivel de estudios, se indica que: “las que presentan un mayor nivel de deseo son las mujeres que poseen estudios universitarios, seguidas de las que han estudiado Formación Profesional, después las que tienen estudios secundarios y las que menos deseo tienen son las que poseen estudios primarios. Es decir, a mayor nivel de estudios existe mayor deseo. También cabe destacar que, a nivel profesional, las mujeres con menor nivel de deseo son las amas de casa”.

También cabe destacar de dicho estudio, que las mujeres que se definen como poliamorosas, que son un pequeño porcentaje del total, “son las que tienen los niveles más altos de deseo. Y le siguen a continuación las mujeres que tienen pareja, pero no conviven con ella. Desde el punto de vista erótico, ese sería el mejor modelo de pareja”, señala Cabello.

En cuanto a la orientación sexual, el estudio señala que “las bisexuales y las homosexuales tienen bastante más deseo, con diferencias significativas con respecto a las mujeres heterosexuales”.

En cualquier caso ¿qué pueden hacer hombres y mujeres para aumentar el deseo sexual? 

Podemos sugerir algunas ideas, pero recordemos que cada persona es un mundo y tiene que ir investigando lo que le funciona.

  • Cuídate. Si reduces las preocupaciones, el estrés, la ansiedad y el cansancio y tienes un buen estado de ánimo, estás creando condiciones para que pueda surgir el apetito sexual.
  • Dedica tiempo a conocerte mejor. Descubre lo que te gusta, si no lo conoces ¿cómo se lo vas a pedir a tu pareja? Es el primer paso para disfrutar más, lo que terminará incrementando tu deseo.
  • Fomenta la comunicación sexual en tu relación. Explica lo que te excita y cómo hacerlo en los encuentros sexuales. Si son placenteros servirán de motor para que quieras repetir.
  • Cultiva tu fantasía sexual, es una gran aliada para libido. Quizás te pueda ayudar escribir, leer textos eróticos o ver películas eróticas o porno. El porno convencional suele provocar rechazo en las mujeres, pero hay otro porno pensado para ellas, más cuidado, como las películas de Erika Lust.
  • Mima y cuida a tu pareja, con el cuidado mutuo y el afecto se crean unas buenas condiciones para la intimidad, muy necesarias para que surja y se incremente el apetito sexual.
  • Fomenta la picardía, la risa, la diversión y el buen rollo. Crearán una complicidad maravillosa para el encuentro y el disfrute.
  • Trabaja tu autoestima. Cuídate, ponte lo que te haga sentir sexy. Recuerda que eres capaz de atraer, pero te lo tienes que creer.
  • Seduce a tu pareja. A menudo, nos olvidamos de la importancia de la seducción con el paso del tiempo. Una buena seducción pude desatar o incrementar muchísimo el apetito sexual.
  • Cuida el entorno a vuestro gusto. Quizás unas velas, música, incienso…
  • Haz que los encuentros sean especiales, rompiendo con la rutina, introduciendo algo nuevo cada vez. Utiliza la imaginación y la creatividad y, si se te acaban las ideas, en las tiendas eróticas tienes productos para todos los gustos, desde aceites de masajes, estimulantes, lubricantes comestibles, plumas, antifaces, juguetes sexuales…
  • Realiza caricias y masajes eróticos. No vayas al grano, acércate y vete, hazle desear a tu pareja…
  • Incorpora el juego en el encuentro. Puedes innovar, por ejemplo, disfrazáte, interpretando un rol, realizando un striptease…
  • Si es posible, duerme en un cuarto diferente a tu pareja. El no tenerla cerca ni tan disponible puede hacerte desearla más.

Estos son algunos recursos que pueden funcionar. Aunque, a veces, todo esto no es suficiente y necesitas un profesional, desde el ámbito de la medicina, de la psicología o de la terapia sexual y de pareja que te/os acompañe, informe y proporcione las herramientas necesarias para mejorar la relación de pareja y la sexualidad.

4 Comments

  1. José Luis 3 de mayo de 2021 at 22:18

    Muchas gracias Rosa!! Tomo nota de tus puntos, el auto conocimiento de uno mismo te lleva a hacerte valer, al respeto de la pareja, la importancia de la seducción como si se tratara de las primeras citas, el aprenderé escuchar a tu pareja coorporalmente,
    Muchas gracias Rosa por ser participe de mi reconexión, reaprendizaje, y acompañamiento
    Un millón de besos

    1. Rosa 2 de febrero de 2022 at 16:45

      Mil gracias Jose Luis de todo corazón.

  2. Carmen 28 de mayo de 2021 at 15:50

    Me encantó el artículo.

    1. Rosa 2 de febrero de 2022 at 16:45

      Muchas gracias.